Punto de vista equilibrado de tu mascota

Sin lugar a dudas, como en todas las cosas, debes tener un punto de vista equilibrado de tu mascota.

Las mascotas no reemplazan nuestras relaciones humanas y por mucho que queramos a nuestras mascotas no las convertiremos en humanos.

No es apropiado pensar que es tu hijo, que sólo salió un poco peludo y con mal aliento. ¿Porqué no?

Primero, porque no es tu hijo. La realidad es que es una mascota a la que quieres mucho.

Segundo, como lo quieres, no deseas causarle daño. Sí, al humanizar a las mascotas les causas daño. Si este es tu caso, lo notarás cuando te ausentas, tu mascota, gato o perro, al encontrarse solo comienza a tener problemas de conducta y se estresa.

Esto ocurre porque le has enseñado a depender de tu presencia y eso no le hace bien ni a los niños ni a las mascotas. Tu mascota debe correr libre e interactuar con otras personas y animales.

Obviamente no es fácil dar buena formación a tu mascota.

Razones emocionales por la que adquiriste tu mascota

Además, puede jugar en contra la razón por la cuál adquiriste la mascota, sea esta gato o perro.

Por ejemplo, personas que están solas, se sienten menos solas cuando llegan a su hogar y alguien que salta y mueve la cola con energía le demuestra que está contento que hayan vuelto a casa.

O por otro lado, una persona de la tercera edad, se siente útil al ver que su mascota depende de su cuidado. Esto le da motivos extras para seguir viviendo.

Bueno, en estos dos ejemplos vemos un factor emocional que pudiera llevarnos a humanizar a nuestras mascotas.

¿Qué es humanizar una mascota?

Cuando hablamos de humanizar, es cuando pensamos que son humanos. Los humanos hacemos nuestras necesidades en un WC, los perros no. Los humanos comemos sentados en la mesa, los perros no. Los humanos usamos ropa todos los días, los perros no.

Como ya hemos aprendido, no son humanos, son mascotas a las que queremos. Y debes tener un Punto de vista equilibrado de tu mascota.

No queremos que se transformen en humanos, queremos que sigan siendo mascotas queridas y disciplinadas por sus amos.

Por si acaso, quien escribe este Post no es mi mascota, Chorty, soy yo su amo. Claro… se lo leí primero, para saber su opinión, antes de publicarlo.